lunes, 17 de abril de 2017

Atila – Atila/No te rindas (1985 - Studios Group Records) ‎





Las canciones existen mientras haya quien las escuche.

Lo que fue la historia de la banda hasta que el single "Atila/No te rindas" se puso en circulación, lo cuenta ellos mismos en la contraportada:

La historia de ATILA se remonta allá por el año 1977, en el cual nos juntamos cinco amigos con el propósito de hacer un grupo, este se llamó Pililas d’a metro.

Tras unos años de cambios en el personal, con actuaciones limitadas por la comarca de Buñol, en 1980 Pililas d’a metro empieza a actuar en Valencia y provincia, con gran éxito y con un estilo musical propio, llegando los periodistas valencianos a llamarlo “rock sucio” por ser un rock  fuerte y bárbaro. No se les ocurrió otra forma de llamarlo. Entonces llegó la época de hacer la “mili” y el grupo estuvo dos años parado.


En el año 1983 volvimos a unirnos  para formar otro grupo en plan profesional, hacérnoslo en plan serio, hacer un heavy metal propio y original, distinto al que se hace en esta península. Se nos unieron nuevos músicos y por fin formamos ATILA.

En el verano de 1984 nos vio José Luís Álvarez en un concurso de rock, le gustamos y nos propuso hacer un disco y aquí está.

Esto es un pequeño resumen de lo que ha sido hasta hoy la historia de la banda de heavy-metal más auténtica de los grupos latinos de hoy en día.

Tras el single la historia que ya os podéis imaginar. Inexistente difusión y  mala distribución del sencillo, cambios en la formación y un año más tarde la separación de la banda.

Para la grabación del disco la banda estaba compuesta por  Lorenzo Martí Fullana  “Larry el Cruel” (guitarra y cantante), José Vicente Balaguer Martí “Kalssy” (guitarra), ambos los compositores de los temas y antiguos componentes de Pililas d’a metro, Fernando Ortega Cusi  “Gato” (batería) y Arturo Atienza Clemente “Ziuco” (bajo).

A pesar del mal sonido de los vídeos, merece la pena presentaros y recordar a estos valencianos que, aunque auténticos e interesantes, no eran ni tan originales ni tan distintos como ellos se creían. Y por cierto, allá por donde pasaban -toda la banda salía a escena disfrazados de cavernícolas- no volvía a crecer la hierba.










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